MASAJE PARA EL AUTISMO

La terapia de masaje puede ser adaptado para dar cabida a los pacientes con autismo. Las técnicas de masaje están ligeramente modificados para ayudar a los autistas se sienten más cómodos con el contacto humano. Los resultados clínicos han demostrado grandes mejoras en la comunicación entre los pacientes autistas y sus cuidadores, lo que lleva a una mejor calidad de vida.

Autismo o síndrome de Kanner, es un trastorno del desarrollo con la aparición temprana que hace que tanto los niños como los adultos a parecen retirado o disociado de sus entornos. Los pacientes pueden responder defensiva-mente a ser tocado, y tienden a responder negativamente a ciertas texturas.

 Esta maduración incorrecta o incompleta del sistema táctil se puede tratar con masaje terapéutico, donde los sentidos son estimulados gradualmente con un enfoque seguro y acogedor. Los terapeutas del masaje que se especializan en el autismo tienen que desarrollar lentamente una relación muy coherente con sus pacientes autistas con el fin de avanzar en el tratamiento.

Curiosamente, los autistas son más sensibles al tacto suave de tacto pesado. 

Echando un vistazo, incoherentes o breve contacto con la piel envía señales nerviosas al cerebro irregulares donde interfieren con y sobre-estimular el sistema nervioso central. Esto hace que sea difícil llevar a cabo un comportamiento organizado o concentrarse. Masaje en cambio, utiliza el masaje de tejido profundo y compresión de las articulaciones, que no envíe esas señales confusas a la corteza cerebral.

Según los datos recogidos por el CDC (Centers for Disease Control), el autismo afecta a 1 de cada 150 niños en Estados Unidos, más de la mitad de los cuales han optado por métodos de tratamiento alternativos, como masajes. 

Hay estudios clínicos que respalden el uso de masaje como terapia complementaria. 

Por ejemplo, una intervención a pequeña escala se realizó en poco menos de 50 niños autistas que utilizan Qi Gong sensorial Formación. Con sesiones de masajes semanales a lo largo de 5 meses, los profesores y los padres de estos niños notaron un comportamiento menos autista y la mejora de las habilidades sociales y de lenguaje.

Además, los niños pequeños con autismo entre las edades de 3 y 10 se ha demostrado que responden bien a una terapia de integración sensorial que incorpora masajes. Más específicamente, se utilizó una técnica de masaje tailandés sobre el curso de ocho semanas con una variedad de efectos positivos. Esta forma de masaje utiliza estiramientos y posturas de yoga para energizar el paciente al tiempo que estimula la circulación y desafiar la flexibilidad. Los pacientes experimentaron una reducción inmediata de ansiedad, y fuera de la clínica, que disfrutaron de una mayor calidad del sueño, la concentración elevada, y las interacciones sociales más positivas.

Las personas con autismo también pueden beneficiarse enormemente de un masaje profundo de los músculos del pie y de la pierna.

Los niños con autismo tienden a caminar en puntas de pie, así que los pies y las piernas se ponen tensos. Esta forma de masaje dirigido a los gemelos y el sóleo de relajarse completamente los pies, lo que permite al paciente a caminar desprevenido por lo menos durante un corto período de tiempo después del masaje.

El masaje también promueve la relajación y la regulación de la respiración. Los ejercicios de respiración a menudo trabajan para calmar a los pacientes autistas y reducir la hiperactividad.

En general, con la paciencia adecuado y técnicas de comunicación, la terapia de masaje se puede extender a pacientes autistas.

Al proporcionar coherente, nutriendo el contacto humano y el tacto, el masaje puede superar algunas de las tendencias defensivas propias del sistema táctil en las personas con autismo. 

Mientras que el masaje no es una cura para esta discapacidad, puede ayudar a los pacientes autistas para relajarse, comunicarse con mayor eficacia, y mejorar en gran medida su calidad de vida