Buenas compañeros y compañeras os aconsejo un buen producto para el bienestar de vuestros pies.
La crema para pies Lao Tze, es una crema refrescante, que ayuda a la piel seca que se vuelva suave y flexible. A mí en verano los pies se me quedan muy secos, sobre todo los talones, y esta crema me ha ayudado muchísimo. Aparte como tiene menta china, refresca a la vez que nos está hidratando los pies.
Cómo muchas sabéis Rituals basa sus productos en la filosofía China de la armonía y la unión. Todos conocemos el Ying y el Yang, para ellos el Yang es el estrés al que estamos todo el día sometidos, y si hacemos un ritual donde tenemos toda nuestra atención en una limpieza cuidadosa, aportaremos paz interior a nuestro cuerpo, a nuestro Ying.
Yo es el segundo bote que uso y me encanta. Cuando más me ha gustado es cuando mis pies están destrozados de andar, ya sea por un día duro de trabajo con tacones, o de andar haciendo turismo, o mil cosas, que notas que tus pies no pueden mas. Yo me he echado crema de esta en los pies, he ido frotando delicadamente y dando un pequeño masaje por toda la parte de la planta, insistiendo en donde me dolía, y al rato sentía que me dolían mucho menos y bien fresquitos.
Es una crema no muy densa, liquidas no me gustan porque tienen a escurrirse todas, y se absorbe muy rápido.
Es un producto que he utilizado tanto para mi como para pacientes del centro de masajes.
Creo que realmente muchas personas no cuidan los pies como deberían, pensamos en las cosas que se suelen ver: nuestra piel de la cara, la piel del cuerpo o las manos, y no caemos en los pies, en que durante meses están encerrados entre botas y zapatos, y en verano se relajan un poco en sandalias aunque sufren después de haber estado encerrados.
Poca gente cuida sus pies, piensan “que más da, son los pies”, no son los pies, son los que nos ayudan a estar en pie, a caminar, los que nos ayudar a equilibrar el cuerpo, una simple tontería como puede ser la rotura de un dedo (como me paso a mí este verano) puede cambiarte por completo meses, sin poderte mover normalmente, y empiezas a valorar que sí que son importantes, tanto el pie como el dedo más pequeño, tanto y mas que nuestra cara o nuestras manos. Que ellos también necesitan que los mimemos, porque son realmente los “sufridores” que llevan todo nuestro peso encima de ellos.
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